Dejarse abatir, no es la mejor opción.

Para Diana Ivette, mi mejor amiga. Porque creo que tambien a madurado...

No recuerdo cuanto tiempo me llevo madurar y comenzar aceptar que la vida es dura, que en realidad a este mundo llegamos a sufrir y que dichas bondades que solo se ven en la televisión como la justicia, (que en realidad no existe) y otras más como el amor, la honestidad, la dignidad, etc., existen solo en la medida en que se nos pueden vender ya sea el medio un producto en una fecha festiva o simplemente como una imágen ilusoria a la cuál todos podemos aspirar.

La realidad es distinta, la vida no es como en las telenovelas o los comerciales de American Express. Aquí las caidas si duelen, los desengaños saben tan amargos como la hiel, los desamores son más crueles que George W. Bush, confiar en los semejantes de verdad es difícil y la idea, la sola idea de quedarnos solos en este mundo, nos encamina de una manera sigilosa hacia un cementerio y eso si bien nos va, porque puede ocurrir que a medio camino, hagamos una escala al manicomio.

La mayor parte del tiempo que vivimos solo nos sirve para seguir descubriendo que la verdadera naturaleza de la vida es cruel y nos resistimos a aceptarlo. Preferimos refugiarnos en la televisión, en la música de moda y nos dedicamos comprar toda clase de promesas e ilusiones y terminamos por coleccionar fracasos y a hacer especialidades en decepciones, pero nunca nos detenemos a pensar en los verdaderos motivos de nuestros desengaños, es más cómodo ver la programación de Televisa o TV Azteca, que leer un pinche libro que nos podría dar una respuesta a algo que desconocemos.

Lloramos cuando se termina una relación pero no nos responsabilizamos por las causas que dieron fin a la misma, tomamos decisiones a la ligera sin tener en cuenta el daño que provocaremos a quienes nos rodean, nos preocupamos por situaciones que aún no existen, nos sentimos culpables por cosas que ya no podemos cambiar, rendimos culto a todo lo que de nada nos sirve, no aceptamos que nuestra misión en este mundo es solo la de encontrar a otra persona, somos deshonestos con la mayoría de la gente y lo peor de todo, nos engañamos a nosotros mismos por no aceptar lo que realmente sentimos.

Sigo madurando y creo estar entendiendo todo esto que sucede, pero no por eso pretendo negar y a la vez, afirmar que me encuentro libre y excento de experimentar cualquiera de esos sentimientos que me hagan dudar y desfallecer en cualquier momento; creo que al contrario, los experimento y en demasía. Me encuentro lejos de mi familia, vivo completamente solo, tengo pocos verdaderos amigos y no tengo novia... pero eso si; la plena convicción de creer que dejarse abartir por los desánimos, no es la mejor opción. Existen otras, como por ejemplo: lo que acabo de hacer y estás terminando de leer...

Marcelo Soria Martínez.