sábado, 30 de junio de 2007

De músico, poeta y loco... a los monos también se nos prende el foco.


"Hay cosas peores que estar solo, pero a menudo tarda uno décadas darse cuenta de ello y más a menudo, cuando esto sucede, es demasiado tarde y no hay nada peor que: Un demasiado tarde."
Charles Bukowski.

La Soledad no es tan mala.

La Soledad no es tan mala
es una fiel compañera
cuando todo va de mal en peor
ella siempre te espera.

Te recibe silenciosa
a donde quiera que vayas
y nunca te exige nada
salvo tú así lo quieras.

En ocasiones hace excepciones
y exige de todos un poco
un poco de honestidad
honestidad para si mismos
que se trasluzca hacia los demás.

El hecho de no aceptarla
sería engañarse a uno mismo
no aceptar que con ella llegamos
y que con ella habremos de irnos.

Podremos vivir rodeados
de personas y compañía
pero la soledad siempre te enseña
a descubrir falsedades
a desdeñar gente fría.

La Soledad no es tan mala
es mi mejor amiga
siempre se encuentra conmigo
en las noches y en los días.

En las noches de zozobra
y en los días de alegría
siempre musita a mi oido:
No me defraudes a mi
mucho menos a tus amigos.

Si no la hubiera encontrado
tuviera razón de sobra
pero la razón en estos tiempos
es cosa que poco importa.

No me importa tener razón
si la Soledad no me aconseja
a que rompa con los prejuicios
a que rompa con los esquemas.

La Soledad no es tan mala
en ella ahora confío
confío en pensar locuras
confío en ser: Yo mismo.

Y si aceptas a recibirla
como a la mejor consejera
te enseñará solo tres cosas:
¡Lo hermoso que es este mundo!
¡A ser tú mismo por siempre!
y ¡A conseguir lo que quieras!
Marcelo Soria Matínez.

jueves, 28 de junio de 2007

De la involución del mono o mejor dicho: Cuando se regresa de un estado de primate a la de un triste chango.


El lugar, La Piedad Michoacán. La fecha, la recuerdo muy bien, fué el 24 de Junio de 2006 y el día en turno: ¡Sábado aciago de catástrofe magna! (¡Ja ja ja..! Soy un apátrida.) La selección de futbol mexicana era eliminada por su similar de Argentina en el mundial del mismo año en Alemania y yo recibía la visita de un amigo desde tierras chilangas.

Después de casi tener un año viviendo en provincia, (ya que mi lugar de orígen es la Ciudad de México) y haber encontrado efímeramente la felicidad con una chica, recibí la visita de mi amigo el Pedrín. (¿Pa' que ocultar los nombres? Seamos honestos ¡chingaoz!) Todo pintaba para ser un buén fin de semana con futbol, comida, chelas, muchas chelas y de pormedio la inocente (por no decir: pendeja) ilusión de creer que México, por fin pasaría de los malditos octavos de final en una copa del Mundo y rompería el ya demasiado marcado estigma, de sentirnos perdedores.

Maru es el nombre de "la chica". A ella la conocí en un bonito restaurante bar llamado: Chamorros, del cual era encargada y que podría decirse, venía siendo sucursal y planta baja de otro restaurante muy agradable llamado: El Palomar. Los dos propiedad de su tío y que en esos momentos fungían como punto de reunión para todo aquel que quisiera disfrutar en pantalla como de 60 pulagadas, la triste realidad; ver perder al "equipo de todos"... ja ja ja... ¿Cómo no?

Bueno, como les decía, después de recoger al Peter en la terminal de autobuses y esperar que el día transcurriera su curso con normalidad y ya bañaditos y perjumados, nos dispusimos a tomar camino hacia el Chamorros. La tarde era asoleada, lo cuál despertaba aún más el antojo por beber una buena cerveza helada. En realidad lo del día asoleado era simple pretexto, porque con Sol o sin él, íbamos con la plena convicción de ponernos pedos.

Todo comenzó bien, llegamos al lugar en cuestión, tomamos asiento y después de saludar a mi exnovia nos dispusimos a degustar una buena botana y a echarle duro a las cheves. El partido comenzó y no pasó demasiado tiempo para que comenzara a sospechar que lo que estaba viendo era demasiado inverosimil, la selección estaba jugando como nunca y no tardó en marcar el primer tanto, mal augurio.

A la par de como se daban las acciones del encuentro, el consumo de la cerveza iba en aumento y el entusiasmo desbordado por la primera anotación comenzó a verse mermado por el empate del equipo contrario, pero no así; las firmes esperanzas de salir avantes sin la necesidad de llegar a los putos penalties. Pero lo demás ya lo saben, pa' que abrir viejas heridas.

Al terminar el partido, lo que comenzó como una verbena popular, parecía más un cementerio. Rostros desencajados, olor a desilución y a "nolopuedocreer" se podía percibir en el ambiente y poco a poco, la concurrencia desilucionada comenzó a abandonar el lugar y fué solo hasta entonces que me di cuenta que el Pedro, mi amigo, ya estaba pedo y organizando la rebatinga para correr a Lavolpe y si fuera necesario, un golpe de Estado para imponer de facto al pentapichichi, a Hego Sánchez.

Después, acalorado por la rabia de no aceptar la triste realidad y agobiado por el fracaso de la oncena nacional, comenzó a enterarse del contenido de las pláticas ajenas que en ese momento se centraban en las elecciones presidenciales. Y como buenos panistas (ilusos) que son por estas nobles tierras, terminaron con sus comentarios por desbordar la cólera de un Lopezobradorista de hueso colorado, el buen Peter. Lo malo es que los que compartían dicha tertulia eran la abuela, tío y demás familiares de Maru, que más sobrios que nosotros se daban cuenta perfectamente de la afrenta irrespetuosa de un perfecto desconocido y no tardaron en mostrar cierta molestia.

Cómo era de esperarse de mi parte y preocupado por mi incipiente relación con Maru, decidí que lo más atinado sería retirarnos y llevar al departamento a Pedro, creyendo que tal vez ahí podrían disminuir sus ímpetus, pero vastó salir del lugar y doblar una esquina para que mi buén amigo ya centrado (si es que puede utilizarse el término en un borracho) más en aspectos políticos que panboleros, comenzó a criticarle a un taxista viejo, sus preferencias electorales por portar una calcomanía azul del PAN en su vehículo. Pero ya ven, los taxistas pertenecen a esa rara especie de pitecantropus (no todos) que no se amedrentan facílmente y buscan la mejor de las salidas posibles a un conflicto: "Pa' que arreglar las cosas con palabras, si podemos agarrarnos a chingadazos."

Después de lograr controlar la situación y al Pedro que practicamente ya se había convertido en una rara mezcla de "Changoleón", aficionado del América y de Serrano Limón, logramos llegar al departamento no sin antes recibir acusaciones de su parte de pretender correrlo o casi, casi de desterrarlo <¿Qué güey... ya me estás corriendo..?> me repetía cada que terminaba de pronunciar la frase y pretendiendo chantajearme moralmente, lo cual me molesta en suma manera, le dije que no era así, pero que si eso pensaba, ahí estaba su mochila. ¡Uyyy! Ni le hubiera dicho, la tomo en sus manos, lo acompañe a la salida y antes de agarrar rumbos desconocidos, no se aguantó las ganas de recordarme que era un culero... ¡Chín! Hubiera preferido una mentada de madre, pero bueno.

Al salir del departamento, me dispuse a regresar al restaurante y fué entonces cuando me percaté que el Pedrín me seguía con un sijilo propio de quellos borrachines inofensivos que creen que nadie los a visto, entonces comenzó a lloviznar algo fuerte y no me fué difícil perderlo solamente rodeando un auto y tomando una calle cercana aunque eso, me desviara por completo del camino. Al llegar con Maru, me cuestionó la ausencia de mi amigo, y después de platicarle lo sucedido, me propinó un leve regaño por haberlo abandonado, ( "Mala yerba nunca muere") fué lo único que atiné a contestarle, pero no así para convencerla de que no se sintiera del todo, preocupada. El día terminó.

Al siguiente día domingo, me levanté temprano para bañarme y salir a desayunar con Maru cuando recibí una llamada a mi celular, era Pedro y se encontraba detenido en quién sabe dónde. Después de un año viviendo en el exilio y de llevar una forma de vida pacífica, ni yo mismo sabía el lugar exacto en donde encerraban a los infractores de la ley... ¡ja ja ja! Le notifiqué la noticia a Maru y nos dispusimos a encontrarlo a como diera lugar... ¡ja ja ja! (Perdón, no lo puedo evitar)
Después de preguntar por dicho lugar a unos policías, nos lanzamos préstos a su paradero.

Al llegar a la comandancia, como era que se le conocía, fuimos recibidos por el "comandante" del lugar, que después de un breve interrogatorio para confirmar lo declarado por el Peter que no traía encima ni siquiera algo que acreditara su existencia en este mundo y encantado también un poco por los ojos verdes de mi exnovia, no tardó en creer la veracidad de sus alegatos y lo dejó en libertad.

Un día anterior, cuando logré perderlo y que arreciara la lluvia; Pedro, después de una infructuosa búsqueda de el restaurante, buscó refugio en la Iglesia de el Santo patrono: El Señor de la Piedad, lugar en donde se quedó dormido y que cuando supo de si al despertar, fué solo para darse cuenta que el lugar había sido cerrado, se quedó adentro.

Después de deambular por un rato en ese recinto y cultivarse un tanto más con arte sacro, se dispuso a echar la meme y esperar a que amaneciera para pensar con la cabeza fresca lo que iba a hacer o si iba a buscar mi paradero. Al amanecer, fué descubierto por un monaguillo que dió aviso al Padre y éste último a las autoridades correspondientes para llevar a cabo su extradición... ¡ja ja ja! Lo demás, ya lo saben de antemano.

Nota del autor. (osease yo)
En realidad no hagan mucho caso a este relato, creo que está inundado más de ficción que de realidad y que en el fondo, solo fuí un ojete que dejó morir solo a un buen amigo, solo Dios lo sabe. Es más cómodo delegarle la responsabilidad a él.

¡Creo creer que ya comenzamos!


Después de una breve era glaciar a la cuál no sobrevivieron mis colaboradores y unos breves cambios a mi fisonomía. ¡Ahhh! Claro, también de haber encontrado el botón de "ON" en la Lap-top, creo que comenzamos. ¡Welcome to the next level!

¡Filósofosomonostodos!


"Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos." Friedrich Wilhelm Nietzsche.
Nunca me ha gustado que se utilice la palabra "intelectual" para definir a manera de elitismo a cierto o particular grupo de changos pertenecientes a una sociedad. Creo que si todos utilizamos el intelecto, debemos de entrar en la misma categoría, aunque; si, si, si... también reconozco que no todos lo hacemos de una manera adecuada o por así decirlo: correcta. Pero si somos honestos, esto simplemente sale sobrando. Que cada quién piense o utilice su masita gris como le venga en gana (excepto pa' hacer tortillas).
Lo que si me gustaría cambiar y conseguir a como diera lugar es que todos (sin excepción en este mundo) aprendieramos a amar a la SABIDURIA. Si lográramos conseguir esto, creo que con todo derecho podríamos colgarnos y con todo orgullo, el título de: "Filósofos." Estaría chido ¿No? Imagínense ir por la calle y que el vulgo dijera: "Iren, iren... ay va el filósofo Astencio... ¡iren! Se ve que es re'chingón..." La verdad es que si lográramos simplemente esto, daríamos un gran paso para reconvertir el mundo en que vivimos. Honestamente no creo que tengamos que clavarnos de lleno a decifrar algún misterio de la Humanidad o tratar de explicarnos el incongruente comportamiento humano. No, no, no, no... si la palabra por si misma no exige más. "Filosofía. Del griego: Filos, que significa "Amor" y Sofía: "Sabiduría"..." Etimológicamente: "Amor a la Sabiduría." Echémosle ganitas y veran que si podemos...
Marcelo Soria Martínez.

miércoles, 27 de junio de 2007

¡Changos! Seguimos laborando.

Pues aunque no lo crean, este su humilde servidor y todo su equipo de colaboradores, seguimos en friega loca para echar a volar este Blog. Aunque para ser honestos, no hemos podido encender la lap-top... ¡Chále!