miércoles, 28 de noviembre de 2007

La neta, dan ganas de cerrar el changarro...


"(...) Nos encontramos en una sociedad criminal que destruye al ser (...) Es la conspiración contra el despertar (...) Un individuo es considerado enemigo en el momento en que se atreve a cultivar una sensibilidad, una conciencia, una creatividad propias, en el momento en que osa convertirse en sí mismo."
Alejandro Jodorowski.

Hace una semana leí una entrevista hecha a José Saramago (con motivo de su 85 aniversario) y en dónde le cuestionaban su particular punto de vista acerca de la realidad que hoy en día vivimos y más que nada; su aparente "pesimismo" al respecto. Contestó lo siguiente: "No soy un pesimista. Sino un optimista bien informado."

Es triste, pero así es. El mundo en el que vivimos a dejado de contar con verdaderos valores, con ese legado de tantos personajes históricos que jamás dudaron en dar sus vidas por sus ideales y por un futuro mejor.
En estos tiempos modernos la dignidad es algo prácticamente desconocido. La honestidad, la lealtad, la confianza, etc., etc. Son solo baratijas de doble uso que ya casi nadie atesora ni valora como debería de ser.

La televisión a terminado por gobernarnos y la religión del consumismo por convertirnos en productos de cambio sin más valor que el que te otorga tu capacidad de poder pagar lo que de nada nos sirve.
En estos tiempos nos venden incluso hasta la manera de comportarnos, de pensar. Tienes que divertirte en todo momento y olvidarte del sentido que tiene la vida. "¿De qué te sirve eso si la vida es una sola?" (Me atrevería a pensar en un futuro "spot" televisivo). Compramos el disco "pirata" con la recopilación de las 100 canciones de moda, nos refugiamos en sus letras y las tomamos como nuestras porque nos da miedo pensar. ¿Para qué leer un pinche libro o disfrutar de un gran poema? Eso de nada sirve... eso es para inadaptados, aguafiestas que no quieren disfrutar de "las mieles" que la vida te ofrece.

Nos dejamos engañar en todo momento y atesoramos las malas compañías que solo buscan un beneficio propio a cambio de nuestra amistad. Y en el fondo lo sabemos, pero tenemos miedo de sentir, de llevar a cabo lo que nos dictan nuestros sentimientos. Preferimos conservar esas amistades porque sabemos que nos aterra la soledad, nos da miedo el solo hecho de pensar en ello y preferimos encender el televisor, antes que disfrutar de nuestra propia compañía.

No se si el mundo se encuentre al revés o solo sea lo que el destino nos tiene deparado. Sé que no tengo la vida comprada y que en cualquier momento puedo abandonarla, pero no me agrada para nada la idea de no hacer nada al respecto. Me preocupa que mis sobrinas o mis hijos (si es que algún día llego a procrear a alguno) se conviertan en lo que más odio en éste mundo, en algún embustero.
Pero para ser honestos, en ocasiones me dan ganas de cerrar el changarro... casarme, engañar a mi mujer, comprar un auto, andar de fiesta en fiesta, dejar de leer, de escribir, escuchar la música de moda y llevarme a la cama a toda mujer que se crea mis engaños, en fin; ser un mexicano más...

En realidad lo he pensado, pero afortunadamente recuerdo que tengo unos padres maravillosos que la vida me otorgó y que me inculcaron lo poco que sé. Y así me sienta completo o incompleto o decepcionado por saber que los cínicos son mayoría y los honestos un ejército de ilusos, algún día los papeles se revertirán; como bien diría ese gran poeta cubano llamado Roberto Fernández Retamar: "Felices los normales, esos seres extraños./ Los que no tuvieron una madre loca,/ un padre borracho, un hijo delincuente.../ Los que no han sido calcinados por un amor devorante.../ Los satisfechos, los gordos, los lindos,/ Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura.../ Los delicados, los sensatos, los finos.../ Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,/ las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan y nos construyen, / los más locos que sus madres, los más borrachos que sus padres / y más delincuentes que sus hijos/ y más devorados por amores calcinantes". Así es, espero con ansias a que llegue ese día para que se abra paso a los locos, a los rebeldes, a los canallas, a los hombres buenos, a los que no comercian con el dolor ajeno, a los que simplemente, no sienten miedo de mostrarse como son...

Marcelo Soria Martínez.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Calavera a la triste realidad...


La calaca hoy en día;
a dejado de darnos miedo
con tanta calamidad,
que a diario nos agobia
y los méndigos gobiernos.

Ya de plano ni la chinga;
pues a dejado de ser objetiva.
¡Ya no toca a los ricos!
Se hace ojo de hormiga,
pero a los pobres, feos...
y jodidos, esos... ¡Ya ni se diga!

Hasta parece comparsa
(y con todo respeto lo digo)
de los que a diario nos tranzan
y no reciben castigo.

Esa es la triste realidad;
en el país que vivimos.
Tan lejos de Dios...
y cerca de los Estados Unidos.

México se desangra
desde hace ya mucho tiempo
y la muerte con su guadaña,
nos amaga del pescuezo.

Se me hace que ya la compraron
y le llegaron al precio;
esos pinches políticos,
que más parecen ladrones,
bandidos o cuatreros.

Espero que pronto entienda
y vuelva a ser objetiva,
para que mande más chubascos
e inundaciones furtivas;
pero que en ésta ocasión ahoguen
a panistas y priistas,
a Marta Sahagún, a Fox
y al culero de Calderón...

Marcelo Soria Martínez.