lunes, 24 de septiembre de 2007

Habría que tener...

Habría que tener una brújula descompuesta para saber que el mejor lugar a donde podemos ir, es donde estamos ahora... en este preciso momento.

Un reloj sin manecillas que nos recordara a diario que la hora exacta es la que vivimos sin darnos cuenta.

Una máquina del tiempo para poder viajar al presente que nos perdemos día a día o una ventana cerrada y opaca que nos hiciera ver hacia el interior de nosotros mismos y sin necesidad de espantos.

Una botella de vino, que nos embriagara de nuestra propia presencia.

Habríamos que tener verdaderos valores que nos hicieran sentir cabalmente lo que en realidad somos y aceptar lo que en el fondo sentimos.

Una laguna, un ojo de agua sincero que reflejara nuestra verdadera naturaleza para espantarnos sin miedo.

Habría que tener un par de alas para recordarnos que no sabemos más que caminar, el valor suficiente para aceptar que en realidad somos: Nada, y la cobardía necesaria para instruirnos en dicha enseñanza.

Habría que estar solos, pero realmente solos; para aprender a apreciar lo malo y lo bueno que nos rodea y con ello, expresarnos sin limitación alguna.

Habría que tener la necesidad de sabernos muertos en vida para poder caminar, simplemente caminar con unos zapatos sin suela que nos hicieran sentir lo agreste del camino.

Habría que tener muchas cosas más, pero serían insuficientes para recordarnos que lo que realmente somos, es lo que no queremos ser...

Marcelo Soria Martínez